Si vas a armar una reunión en casa, necesitas algo que se vea brutal, sepa increíble y sea cero estrés. Y no, no hablamos de cocinar por horas: hablamos de la tabla de jamones perfecta. Con jamones Lorenzano, solo necesitas un poco de creatividad para montar una experiencia que conquista desde la primera mirada.
Una buena tabla no es solo para ocasiones especiales. Puedes usarla para ver pelis con tus amigos, para un brunch de domingo o incluso para reemplazar una comida entera. Lo importante es elegir bien los elementos, montar con estilo y dejar que el sabor hable solo.
Ingredientes, combinaciones y tipos de presentación
La estrella aquí son los jamones Lorenzano, así que asegúrate de tener mínimo dos tipos para crear variedad en textura y sabor:
- Jamón de Cerdo Maestro: en lonjas delgadas que puedas enrollar o doblar. Sabor fuerte, salado y perfecto con frutas.
- Jamón de Pechuga de Pollo: más suave, ideal para combinar con quesos cremosos.
- Jamón Mixto de pollo y cerdo: ese clásico que nunca falla, jugoso y fácil de acompañar con mostaza o chutneys.
Acompaña con quesos que contrasten: un cremoso brie, un gouda semi maduro, y un parmesano para los que aman lo intenso.
Agrega frutas como uvas, manzana verde en rodajas, higos frescos o deshidratados. Los frutos secos también entran: almendras tostadas o nueces van perfecto.
¿Pan? Siempre. Usa pan de nueces, baguette en rodajas o tostadas tipo crostini.
Y para rematar: un par de dips. Mostaza de miel, mermelada de frutos rojos o un pesto suave cambian el juego sin robar protagonismo.
Tips para que tu tabla se vea nivel pro
- Coloca los jamones en forma de abanico o en rollitos sueltos.
- Evita alinearlo todo: crea secciones y “montañitas” para que la tabla se vea abundante.
- Mezcla colores y alturas: que no sea todo beige.
- Usa ramitas de romero o flores comestibles para decorar.
Con jamones Lorenzano, armar una tabla no solo es fácil, es un placer visual y de sabor. Ideal para compartir, improvisar o incluso para regalar. Porque cuando la comida entra por los ojos y por el gusto, sabes que la reunión va a estar buenísima. Solo falta que digas: ¿vino tinto o espumoso?